“La propagación costará a la economía mundial más de 280.000 millones de dólares en los primeros tres meses del año, poniendo fin a un periodo de crecimiento mundial de 43 trimestres”, alertó esta semana un informe difundido de la consultora Capital Economics sobre los efectos que tendrá el coronavirus en el planeta.
Es que el brote está ralentizando la economía de China y tiene ecos en los mercados y el comercio internacional. Argentina no está exenta dado que el gigante asiático es uno de sus principales socios comerciales.
En la actualidad, la Argentina tiene un déficit en el intercambio con China, el segundo socio comercial de la Argentina detrás de Brasil, que en 2019 fue 70% más bajo que el del año anterior gracias al importante salto de las exportaciones y a la baja, si bien en menor proporción, de las importaciones.
Un informe de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), elaborado sobre la base de datos del Indec, reveló que el desequilibrio anual en el comercio con China se redujo a u$s2.209 millones, frente al rojo de u$s7.593 millones en 2018. El tamaño del comercio entre ambos marca la relevancia que puede tener en la economía argentina.
“Claramente la economía china tiene una desaceleración inmediata, y eso puede afectar tanto las importaciones como las exportaciones. Con lo que los productos que el país le vende, como la soja, se pueden disminuir. Pero también lo que importamos de China, muchos insumos, por ejemplo electrónicos y químicos, lo que puede afectar nuestra economía”, sostuvo Marcelo Elizondo, titular de la consultora DNI, en diálogo con Ámbito.
Y agregó: “El impacto del coronavirus puede afectar negativamente a la Argentina porque están cerrándose puertos, lo que interrumpe el normal funcionamiento de la logística. Entonces no estamos hablando solo de una desaceleración de la economía por la cuarentena de las personas, que no consumen, no se desplazan, no van a trabajar, sino por la interrupción de algunos eslabones de la cadena”.
Desde que comenzó la crisis por el brote de coronavirus el contagio hacia los mercados fue inmediato. Sufrieron las acciones y el precio de las commodities tuvo altas y bajas. Varias empresas que operan en China se vieron obligadas a cerrar sus plantas por cuarentena. Esto generó que muchos insumos que compran otras potencias industriales se vieran limitados. Así, el comercio mundial entró en un momento de incertidumbre.
Las consecuencias sobre la economía global, y por supuesto sobre la Argentina, dependerán de lo que se tarde en controlar la crisis. «Si el proceso del coronavirus dura varios meses, claramente va a afectar la economía china, y por consecuencia a la Argentina. China es el segundo mayor mercado para nuestras exportaciones y es nuestro principal socio comercial en el mundo sumando importaciones y exportaciones. Si se soluciona pronto, la afectación va a ser menos grave, porque China va a recuperarse rápido. Pero eso no lo sabemos todavía», sostuvo Elizondo.
El analista internacional Pablo Kornblum coincide en que «lo que tiene que ver con la desaceleración de la economía china está atado a cuánto se tarde en controlar la situación del coronavirus». Pero difiere sobre los efectos sobre la Argentina. «No creo que dure más que algunos meses, por lo que va a haber una ralentización de la economía pero creo que no va tener un impacto enorme», señaló. Desde su punto de vista «el gran impacto para nosotros no es profundo porque las relaciones con nosotros son básicamente comerciales» y argumenta que China, con su gran poderío económico y su inmensa cantidad de habitantes necesitará seguir consumiéndolo. La ventana para que el impacto no sea peor que hasta ahora, para Kornblum, sería de no más de entre uno y dos meses.
Para fines de este mes se espera una nueva reunión de los países del G20, que se desarrollará en Arabia Saudita, y allí la crisis por el coronavirus será uno de los temas principales de la agenda. El FMI ya dijo que espera tener allí mayor información para hacer pronósticos sobre los impactos que tendrá sobre la economía. El vocero del organismo, Gerry Rice, dijo que recibieron con beneplácito los esfuerzos de China para contener la propagación del virus y mitigar sus efectos, y que están dispuestos a ayudar a Pekín si es necesario. «A mediano y largo plazo, confiamos en que la economía de China será resistente», dijo afirmó en una rueda de prensa.
Como dijimos antes el desequilibrio anual en el comercio con China se redujo a u$s2.209 millones, frente al rojo de u$s7.593 millones en 2018. Esa mejora se obtuvo como consecuencia de un claro impulso de los envíos, que totalizaron en el año un nivel inusual de u$s7.058 millones, 57% mayor que el registrado el año anterior. En tanto que las importaciones desde China cayeron hasta u$s9.267 millones durante 2019, es decir, un monto 23% por debajo del año previo.De este modo se mantuvo prácticamente sin modificación el volumen global del comercio bilateral, con apenas una ligera baja, de u$s16.589 millones a u$s16.325 millones, pero esta vez con beneficios más equitativos.
Según CERA la mejora en la performance exportadora se concentró en los productos agropecuarios, y en especial en la carne vacuna. Este último producto congelado y deshuesado llegó a representar en diciembre pasado el 46% de los embarques argentinos hacia China, a lo cual se suma otro 3% en concepto de «los demás trozos de carne bovina congelada».
Junto con la preponderancia de los frigoríficos en el negocio exportador hacia el gigante asiático, los «porotos de soja, incluso quebrantados» representaron ese mismo mes el 23% de los envíos. Les siguieron, en orden de importancia, los «trozos y despojos de aves», que explicaron el 4% de las ventas; y «los demás langostinos, camarones y decápodos enteros», otro 4%.
Según el análisis de la Cámara de Exportadores, «el Top 10 de categorías representó el 91% del total exportado a China» durante diciembre, mientras los 10 principales productos informados a ocho dígitos (de la nomenclatura arancelaria) sumó el 87%.
La mejora en el tipo de cambio, luego de las devaluaciones del peso frente al dólar iniciadas en el otoño de 2018, así como la apertura del mercado oriental para un grupo de productos primarios, contribuyeron al salto exportador, dijeron los empresarios consultados.
En conjunto, precisó la CERA, las exportaciones argentinas de diciembre a China totalizaron u$s581 millones, con un crecimiento interanual del 5%. Ese mismo mes las importaciones desde el país oriental sumaron u$s616 millones (es decir, anotaron una baja interanual de 19%), con lo cual el déficit del intercambio fue de sólo u$s35 millones.
La aparente convergencia entre ventas y compras, sin embargo, no se mantendría en el transcurso de 2020, prevén en la cámara, debido a los cambios esperados en la situación macroeconómica local y a los probables efectos por el coronavirus. Es posible, por un lado, que el volumen de exportaciones logre mantener este año un signo ascendente, en especial por las perspectivas de la cosecha de granos y la sostenida demanda de carne vacuna.
El nivel de importaciones de productos chinos, en tanto, tendería a repuntar, en principio hasta montos superiores a los u$s1.000 millones mensuales (registrados en los primeros meses de 2019), a medida que la actividad económica local se vaya recuperando tras la fuerte recesión del año pasado.
Por último, la Cámara de Exportadores destacó, a modo comparativo, que el superávit comercial de China con todo el mundo fue de u$s421.900 millones, mayor al de u$s350.900 millones registrado en 2018.
Fuente: Ámbito